Nacido en Beirut, Elie Saab se ha convertido en uno de los diseñadores más destacados de la escena mundial de la moda. Autodidacta desde sus inicios, partió cociendo a los 8 años y a los 18 lanzó su primera colección en su ciudad natal. Desde ese entonces su éxito y la excelencia de su factura se ha hecho reconocida en todas partes del globo y en la actualidad se ha catapultado como una verdadera joya de Medio Oriente.
Pese a las dificultades que enfrentó en sus comienzos –su familia prefería que siguiera una carrera más clásica como medicina o leyes–, al poco tiempo sus creaciones llamaron la atención de la prensa especializada de Beirut y sobre todo las princesas de Asia occidental, amantes de la alta costura, que comenzaron a llevar sus trabajos.
En 1997 se transformó en el primer diseñador no italiano en convertirse en miembro de la Cámara Nacional de la Moda Italiana. Al año siguiente debutó en la Semana de la moda de Roma y al poco tiempo lo hizo en su gemela de París. En el 2002 alcanzó notoriedad mundial al vestir a Halle Berry para los Premios Oscar de ese año, donde ella se llevó una estatuilla como Mejor actriz.
La reina Rania de Jordania siempre ha sido su gran musa y embajadora mundial. De hecho, en 1999 Rania escogió a Elie para que la vistiera durante su coronación como reina y desde entonces que no ha dejado de utilizar sus diseños.
La seda y la muselina son parte fundamental de sus fluidas creaciones que se ajustan a la perfección. Símbolo de fuerza y supervivencia, Saab se alza como un bastión del diseño en Oriente y consolidó esta profesión que, en su natal Líbano, prácticamente no existía.
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